Papa (1305-1314). Persona de débil carácter, durante su pontificado no fue más que un simple juguete en las manos de Felipe IV el Hermoso de Francia, quien le persuadió de que se trasladase a Aviñón, para su propia protección. El asentamiento de la suntuosa corte papal en Aviñón, en 1309, causó muy mala impresión en el resto de Europa, y en especial en Inglaterra, enfrentada a Francia. La debilidad del Papa ante las pretensiones del rey francés contrastaba con la energía de su predecesor, Bonifacio VIII. Así, Clemente cedió ante las acusaciones de la Inquisición contra la orden de los templarios, y en el concilio de Vienne accedió, a través de su bula Ad providam Christi vicarii, a suprimir dicha orden, encarcelar a sus dirigentes y confiscar sus bienes, parte de los cuales fueron a manos de Felipe IV
(Maumont, 1291-Aviñón, 1352) Papa (1342-1352). Su papado estuvo muy influido por los intereses franceses. Nombró cardenales casi exclusivamente a franceses y compró Aviñón a Juana de Nápoles (1348). Protegió a Petrarca